Los chicos que juegan en las callejas de cualquier país sueñan con ser Zidane y llevan camisetas de Messi… Fue una camiseta pero podía haber sido cualquier otro soporte. Como todos sabéis, sus color más significativo ha sido el azul oscuro, pero desde hace algo más de una década, se han añadido innovaciones en sus diseños. Probablemente desde la marca hayan sido generosos con los envíos de la prenda a sus más famosas clientas, pero sigue siendo meritorio lograr tal repercusión. No hacen envíos a España desde su página web pero es posible comprar sus prendas en templos del lujo online como Net-a-porter o Farfetch. En los último tiempos hemos visto cómo los pijamas pasaban de vestirnos en la intimidad de nuestro hogar a hacerlo a plena luz del día, a la vista de todos y para planes de todo tipo, desde una boda, hasta un fiestón de lujo. Hoy estas camisetas merchandising se han convertido en un objeto de lujo.
Además, asistimos actualmente a una auténtica gentrificación de las gradas en Europa, un movimiento que viene de Inglaterra, donde hoy día un abono de estadio para la Premier League cuesta de media 600€. En el Liverpool, gran club de esencia obrera, el precio de los asientos más económicos aumentó un 1100% entre 1990 y 2011. Lo mismo en Francia, donde por ejemplo en el Marsella, uno de los clubes más populares del país, el precio de las butacas ha aumentado un 120% en cuatro años. Asistimos a su peso en camisetas de futbol resistencias obreras, movimientos contra las dictaduras; al despertar del fútbol femenino; o a esa lucha entre el fútbol mercantilizado global y una práctica deportiva practicada y seguida por millones de personas y, sobre todo, social y políticamente comprometida. Sobre todo, si las firma Balenciaga. También trabajo, sacrificio y entrega, constancia y, sobre todo, su gran compañerismo, habiéndose convertido en todo un ejemplo para muchas jóvenes aspirantes a seguir este camino. El mejor ejemplo es el del FC Barcelona, un club conocido en el mundo entero.
Pero por otro lado, en Palestina el Barça es el club más popular. M.C: El fútbol mercantilizado y el fútbol popular no son dos compartimentos estancos, camisetas futbol 2021 más bien al contrario. Las fronteras entre esos dos mundos son porosas y conducen a interesantes contradicciones. Esos dos tipos de fútbol que presenta, el de los millones y el capitalismo salvaje y la práctica socialmente implicada, intrincada con los procesos políticos y sociales, están, sin embargo, íntimamente relacionados… Sólo las medias, supongo que por problemas con los materiales, tenían un color liso, azul marino. Desde su apertura, en 1919, esta estación se convirtió en una verdadera insignia, no sólo por su ubicación en el centro de la capital, sino porque la primera línea -Cuatro Caminos-Sol- nació desde la histórica plaza. Después de eso, los andenes quedan desolados y por primera vez en el día impera el silencio. Uno de los motores de este libro es justamente la de trazar una historia “por debajo” del fútbol, como práctica y como espectáculo, y la de mostrar cómo, desde sus orígenes y a lo largo de la Historia, los diferentes grupos sociales oprimidos se han apropiado del fútbol para contestar al orden establecido, ya sea este patronal, dictatorial, colonial, patriarcal o todos ellos a la vez.
De hecho es, junto a Inglaterra, la más antigua de la historia. La fuerza política del fútbol reside en la simplicidad de sus reglas y en el hecho de que es una “práctica pobre”: un balón y un cacho de calle bastan para jugar y disfrutar. Una de las principales fuerzas del fútbol femenino según mi opinión es, más allá de su gran tecnicidad, el hecho de ver a las jugadoras realmente disfrutar sobre el campo y su cercanía con los aficionados. En este sentido las jugadoras norteamericanas, entre las mejores del mundo, hacen huelga regularmente por la igualdad salarial. La plantilla, que comenzó el pasado martes sus entrenamientos está compuesta por veintiuna jugadoras, de las que once han reforzado al equipo este verano y las diez restantes continúan tras renovar sus contratos. Ilusión, esfuerzo y pasión son las palabras que mejor encajan con sus jugadoras. Y las jugadoras necesitan reconocimiento social y mediático, ser consideradas como verdaderas profesionales. El fútbol es uno de los elementos culturales más vertebradores de las clases populares, y simplemente por ello ya merece ser centro de interés y de estudio como objeto social y político. Un espectáculo que los apartaría de las preocupaciones políticas y del movimiento social.